Días de reflexión (2007)

Me gustan mucho los días de otoño e invierno. Días fríos, opacos, con sonatas de lluvias, vientos y el quejar de la naturaleza. Sinónimo de días de reflexión, de encierro y de tristeza para muchos. 

Pasan los años y muchos solo muestran tristeza en los días de invierno, una tristeza que empáticamente me hace querer encontrar luego la primavera. 

Pero es indiscutible que los días fríos y de lluvia, te invitan a compartir contigo mismo, a perderte en pensamientos y recuerdos en lo que has convertido tu refugio.

Y entonces pienso... la vida nos cambia? los años nos cambian? las personas nos cambian?.

Cada vez que me reencuentro con mis amigos de toda la vida, parece faltarles algo, parecen haber perdido un trozo de ellos. Sin embargo, hay quienes parecemos ser siempre los mismos. 

Hasta hace unos años, aún podían verme y encontrarme. Los que realmente me conocen, aún me encuentran, pero los que solo creen conocerme, siempre encuentran a alguien distinto. 

Ciertamente, las circunstancias y episodios importantes de nuestras vidas, remueven más que una creencia en nosotros. Parecemos distintos. 

Probablemente las preocupaciones toman real importancia en nuestras expresiones, preocupaciones que ya no se valorizan en notas o un promedio. 

Encontrar la seriedad, que algún día detestamos en los adultos que nos han rodeado, parece ser el primer indicio de otra etapa, la etapa más larga de nuestras vidas. 

La mayoría de las personas pasan etapa tras etapa como un ciclo vicioso. Los miras moverse en las calles y parecen no haberse dado cuenta que han cambiado. Parece simplemente haberles pasado sin su consentimiento. 

La gente corre y jamás mira a su alrededor, la gente corre y no saben en quienes se han convertido. La gente solo corre... 

Alguna vez no respetaron el tiempo y ahora parece faltarles. Pero a otros, nos parece demasiado el tiempo que aún nos queda...

Comentarios